Desde lo cuatro meses mi bebe empezó a babear mucho y a meterse en la boca todo lo que podía, yo sin experiencia pensaba que quizás eran los dientes que ya estaban saliendo, que ingenua yo, así han pasado los meses y nada de nada.
Justo al cumplir el año, empezó a tener cacas más blandas y el culo muy muy rojo, como una marca alrededor diferente a otras veces (aunque Ian no ha sido de tener irritado el culete muy a menudo) además por las noches estaba muy quejoso y lloraba cada rato y tenía que ponerle el chupete y acurrucarlo y así se le pasaba. Estaba segura que esta vez sí que iban a ser los dientes y efectivamente los doce meses y medio por fin empezó a asomarle la puntita blanca y rugosa. Casi lloro de la emoción, cada avance es tan emocionante, aunque por lo visto ahí se ha plantado, porque ha pasado casi un mes y no le ha vuelto a salir ningún más. Tampoco tengo prisa, pero el pobre no puede avanzar con la comida tanto como quisiera, porque tarda mucho en masticar las cosas blanditas con las encías y aún seguimos dándole triturado a menudo para que coma mejor, sino no se llena y se cansa al poco rato.
Por cierto, tener dientes tiene sus pros y sus contras, porque a mi pequeño trastito le encanta morderme la barbilla, como hacia yo con mi padre, y ahora con el diente me hace un daño… que me tiro para atrás riéndome pero él lo intenta y lo intenta.
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